¿Qué son y para qué sirven los hoteles de insectos?

Las abejas son sin duda los insectos más beneficiosos para el huerto, ya que de ellas depende el correcto funcionamiento del ecosistema mundial. Las abejas se van posando en todas las flores que encuentran, buscando néctar, su alimento, y de esta forma depositan el polen que llevan en sus patas, eso hace que las flores se polinicen es decir, que se fecunden para dar frutos y semillas.

Aunque suelen tener mala reputación, la mayoría de especies son inofensivas para los humanos. Las avispas, siempre que sean endémicas de la zona, serán beneficiosas para el ecosistema. El gran beneficio que aporta la presencia controlada de avispas en nuestro jardín es básicamente la eliminación de insectos perjudiciales para nuestras plantas, como son los pulgones.

“Las moscas de las flores” son unos animales realmente sorprendentes. Las moscas de las flores se llaman así, porque como le pasa a muchos otros insectos, les encantan las flores y alimentarse de ellas. Es muy normal ver a estas moscas comiendo en flores como los jaramagos o la lobularia (estas flores se pueden nombrar si las tenemos en el huerto o cerca y enseñarlas…). ¿Sabéis por qué hemos puesto por detrás de esta ficha una mosca con superpoderes? Mirad todo lo que hace: se disfraza de avispa, así asusta a otros animales para que la dejen tranquila (¡pero ella no es venenosa ni pica!); es capaz de volar como los helicópteros, quedándose parada en el aire; la mosca adulta es una gran polinizadora (como las abejas), pero además las larvas son grandes depredadoras de pulgones (como las larvas de las mariquitas).

Las libélulas son muy curiosas. El adulto es terrestre y volador, y un gran cazador aéreo. A veces se posa en ramitas o cañas, y cuando ve a su presa, se lanza hacia ella y la caza al vuelo (esto ayuda a controlar plagas en el huerto). Pero cuando pone los huevos, no lo hace en tierra, los pone en el agua, porque sus larvas (crías), ¡son acuáticas! Durante un tiempo tras nacer, son como pececitos que viven en el agua. Y luego, salen, realizan una muda (pierden su “piel”), y se convierten en libélulas adultas. Para atraer libélulas al huerto o jardín, podemos construir una charca para que tengan un lugar con agua donde poner los huevos.

“Las arañas” no deben darnos miedo, ¡aunque algunas impresionan un poco! Pero son muy buenas porque son grandes cazadoras de otros insectos que sí pueden ser malos para nosotros: cazan de todo (mosquitos, moscas, avispas…). Para reproducirse ponen un montón de huevos juntos, de los que salen arañitas iguales que las arañas adultas pero muy pequeñitas, que luego crecen poco a poco. Y una cosa muy interesante de las arañas, es que si vemos muchas arañas en nuestro huerto o jardín, significa que ¡es un ambiente sin venenos! (son indicadoras de espacios sin grandes cantidades de tóxicos).

Las mariquitas son de la misma familia que los escarabajos. Las hay de muchos colores, con distinto número de lunares…La que tenemos hoy aquí es la mariquita de siete puntos, que pone sus huevos amarillos en grupos, en la parte inferior de las hojas de las plantas. Y de ellos salen unas larvas negras con manchas amarillas, que se alimentan de otros bichitos llamados pulgones, que “pican a las plantas” y se alimentan de su savia. Para pasar de larva a adulta, la mariquita hace una “pupa” (parecido al capullo de las mariposas). La mariquita adulta también come pulgones, pero no tanto como sus crías. Para tener mariquitas en el huerto es muy importante tener flores, porque cuando no hay bichitos que comer, las mariquitas comen polen y néctar de las flores. También podemos hacerle casitas de mariquitas con cañas, que sirven de refugio.

Si os animáis también podéis intentar criar mariquitas para vuestro hotel de insectos. Más info aquí.

El primer paso es elegir la estructura principal de vuestro hotel de insectos, que servirá para meter el resto de materiales de relleno que formarán los hábitats de nuestros insectos. Puede ser una estructura que creéis vosotros con madera o también aprovechar una caja de fruta, una estantería vieja, latas o palets. Hay infinidad de posibilidades.

El segundo paso es elegir los materiales de relleno. Pueden ser cañas, palitos, paja, serrín, cortezas, piñas, ladrillos, tejas, trozos de maderas taladradas, etc.